domingo, 13 de junio de 2010

Caramelos



Cuando era pequeña mi madre tenía una cajita pequeña con caramelos en la mesita de su habitación. La caja era de cartón y tenía flores pintadas. Los caramelos tenían forma de flor y eran morados. Sabían a lilas, aunque nunca he probado ninguna. Eran mis favoritos. Me gustaban tanto que aunque mi madre me había dicho que podía cogerlos nunca me los comía. Quería que duraran para siempre.

Años después encontré la caja y los caramelos seguían dentro. Con el calor se derritieron y se pegaron formando una masa informe. Incomibles.

Moraleja: aunque no lo parezca, los caramelos también se estropean.

No hay comentarios:

Publicar un comentario