Hay un momento a las siete de la tarde en que el sol poniente se refleja en las ventanas de un edificio cercano. Como vivo en un cuarto que da a patios interiores es lo más parecido a una puesta de sol que tengo.
Y sin embargo tienen algo mágico esos dos minutos en los que el reflejo se hace cada vez más tenue hasta desaparecer...
Qué cosas más bonitas nos cuentas...
ResponderEliminarTe tengo que enseñar las fotos de puesta de sol que hice cuando estuvimos Clara y yo en Toledo...
¡Qué bonito es encontrar la magia en esos pequeños detalles! ^_^
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