martes, 7 de septiembre de 2010

Hoy ha llovido. Ya había anochecido cuando salí de la biblioteca y me encontré todo mojado. Suerte que tenía paraguas.

Al venir pensaba que la lluvia me gusta de noche. Bastante en realidad. La luz de las farolas se refleja en el suelo creando caminos cambiantes. Me recuerda el Londres de Mary Poppins.

De día, sin embargo, no me gusta que me roben el sol. Lo necesito de verdad para sintetizar vitaminas o lo que sea, pero es que cuando me paso unos cuantos días con el cielo nublado me cuesta hasta levantarme.

Cómo se nota que no me apetece estudiar, que mis asignaturas son un rollo y que me cuesta levantarme por las mañanas y hacer algo, lo que sea.

No me gusta que llueva en mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario